“Tercera Revolución Industrial”
El autoconsumo eléctrico.
La primera ventaja del autoconsumo es el ahorro: al producir parte de la energía consumida, la factura eléctrica del consumidor se puede reducir un 60-80%. Si además tenemos en cuenta la subida continuada de los precios de la electricidad, producir energía resultará más rentable que comprarla.
Una segunda ventaja del autoconsumo es que, como la electricidad no recorre grandes distancias, se evitan las pérdidas de energía en la red. Conviene recordar que, con el actual modelo de generación centralizada, un 10% de la energía eléctrica se pierde durante el transporte y la distribución, con un coste que debemos asumir los consumidores.
Un tercer beneficio del autoconsumo es que la producción se realiza con tecnologías limpias, lo cual reduce el uso de combustibles fósiles y la dependencia energética. En este sentido, la energía fotovoltaica se presenta como la fórmula más adecuada para generar electricidad destinada al autoconsumo en los hogares por varios motivos:
1. Su avanzado nivel de desarrollo, que permite conectar directamente las placas solares a la red doméstica; los precios a la baja, ya que el coste de los paneles solares ha caído un 70% en los últimos cuatro años;
2. El hecho de que la electricidad se produce de día, que es cuando más se consume. Sin embargo, el autoconsumo también es posible con otras energías renovables como la mini eólica, la mini termo solar o la biomasa.
El autoconsumo con energías limpias no es ciencia ficción:
En Estados Unidos funciona desde hace más de una década y se ha extendido a países como México, Japón, Alemania, Bélgica o Italia. Incluso países emergentes como Namibia se han interesado por esta fórmula como alternativa a los altos costes de la generación centralizada.
Aplicaciones de la autogeneración.
Las viviendas o explotaciones agropecuarias que no disponen de redes electricidad pueden aprovechar la energía solar fotovoltaica para el consumo propio.
La energía solar fotovoltaica para las bombas hidráulicas de riego en explotaciones agrícolas que no disponen de suministro eléctrico como también para el bombeo de agua a la red de las viviendas.
Electrificación mediante energía solar y eólica
Utilizar la energía solar fotovoltaica y eólica para la electrificación rural sólo presenta ventajas, frente al sistema tradicional de generadores con gas, petróleo o carbón, es más barato, más limpio y más sencillo. La combinación de ambas tecnologías asegura un óptimo suministro de energía.
Cinco beneficios por los que la energía solar fotovoltaica es positiva.
La energía (electricidad) fotovoltaica es una tecnología rentable, eficiente y necesaria para transitar hacia un modelo bajo en emisiones de CO2 y en el que el suministro eléctrico no dependa de terceros.
· No emite CO2: Permite generar energía sin contaminar el aire y contribuye a frenar el cambio climático. Por ejemplo, si la electricidad que consumen 10 hogares se generara con placas solares (fotovoltaica) se ahorraría la emisión a la atmósfera del CO2 equivalente a recorrer 58.000 km al año.
· Es barata: La evolución de la tecnología y el crecimiento de la demanda ha permitido que en los últimos cuatro años se haya reducido por siete el precio de los módulos. El abaratamiento de los costes permite asegura la viabilidad a corto plazo de la fotovoltaica y permite su desarrollo en proyectos pequeños y adaptados a la ciudadanía. De hecho, se ha demostrado que las renovables aportan más beneficio neto al sistema eléctrico de lo que cuestan las primas y son más baratas que otros tipos de generación basados en combustibles fósiles.
· Es modular: La energía fotovoltaica es una tecnología perfectamente adaptada para su instalación sobre tejado, lo que favorece una mayor difusión de la misma y permite que se pueda colocar sobre las cubiertas de edificios en las ciudades sin impacto paisajístico y aporte valor a una superficie hasta ahora inútil.
· Soberanía energética: Al ser modular y barata posibilita que la ciudadanía disponga de una tecnología que le permita generar su propia energía. Esto favorece que la electricidad se consuma en el mismo lugar donde se produce, de tal manera que se evita la pérdida por transporte y se asegura la independencia energética del exterior.
· Un recurso infinito: La fuente de energía de un módulo fotovoltaico es el sol, un recurso infinito que irradia de manera suficiente en todos los lugares del planeta (salvo los meses de oscuridad de los polos). Por lo tanto, es un recurso infinito que permite el acceso a fuentes de energía en prácticamente todo el planeta.